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Para que la propiedad intelectual no impida el acceso al conocimiento ni restrinja el uso de las tecnologías, medicamentos e innovaciones que pueden curar y salvar vidas, hemos firmado la carta propuesta por Communia – junto con un grupo de más de 400 organizaciones y personas individuales de 45 países diferentes-, y que se ha enviado al director general de la Organización Mundial de la propiedad Intelectual (OMPI), Francis Gurry, para pedirle a la OMPI que garantice que los regímenes de propiedad intelectual apoyan y no impiden los esfuerzos para combatir el Coronavirus y sus consecuencias. Podéis ver la carta en castellano y en inglés con la lista de firmantes.
Las personas firmantes (entre ellas investigadoras, educadoras y estudiantes) reconocemos que varios países ya han adoptado medidas ejemplares en este contexto, medidas para facilitar el acceso a artículos académicos, datos de investigación, materiales educativos, medicamentos y dispositivos médicos sometidos a derechos exclusivos. Pero exponemos que estas medidas por sí solas no son suficientes y se necesitan más acciones para garantizar que el sistema de propiedad intelectual global priorice y promueva intereses públicos que ahora son vitales y pedimos a la OMPI que guíe a los estados miembros y (también a los no miembros ) a dar respuesta a los problemas de propiedad intelectual que plantea la pandemia Covid-19, con varias medidas.
Una de las medidas que propone es dar apoyo a la llamada que ha hecho Costa Rica a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear un grupo de derechos globales en tecnología y datos relacionados con el Covid-19, así como promover la uso del “pool” de patentes de medicamentos, licencias voluntarias, garantías de propiedad intelectual, licencias obligatorias, uso de las leyes de competencia y otras medidas para eliminar barreras a la fabricación, distribución y venta competitivas y globales de productos potencialmente eficaces para detectar, prevenir y tratar Covid-19.
Hemos visto que Holanda, Chile, Israel, Canadá y Alemania ya han aprobado resoluciones que permitirán a sus gobiernos emitir licencias obligatorias para levantar la exclusividad de patentes, en caso de que sea necesario.
- Chile, ha aprobado una resolución que permitirá al gobierno emitir licencias obligatorias para que las productoras tengan que liberar la tecnología y patentes asociadas, lo que permitirá que otras empresas puedan producir versiones genéricas.
- Se ve que es la primera vez que en Israel el gobierno permite el uso de una versión genérica de medicamentos protegidos por patentes, aquí podéis ver la resolución en hebreo
- Y que en Alemania, la sección 13 (1) de la Ley sobre patentes, que permite al gobierno emitir licencias obligatorias, es una disposición que no se había utilizado desde 1945
La carta que hemos firmado pide, además, a los estados que aprovechen las flexibilidades del sistema internacional que permite el uso de obras protegidas por derechos de propiedad intelectual para la educación en línea, para usos de investigación y usos experimentales y por a intereses públicos vitales, como el acceso a la medicina y la cultura.
Hace un llamamiento a los titulares de derechos para que eliminen las restricciones de licencia que dificultan la educación a distancia, la investigación y usos experimentales, y para intereses públicos vitales, tales como el acceso a medicinas y el acceso a la cultura;
También pide que se apoye a los derechos de los países para habilitar y utilizar excepciones para los secretos comerciales y otros derechos de propiedad intelectual necesarios para facilitar un mayor acceso a la información de producción, líneas celulares, información comercial confidencial, datos, software, borradores de productos, procesos de manufactura y otra materia de interés necesaria para alcanzar acceso universal y equitativa a las medicinas y tecnologías médicas vinculadas al COVID-19 tan pronto como sea posible.
El marco jurídico internacional, europeo y estatal de la propiedad intelectual no es ni mucho menos como quisiéramos y genera muchas situaciones injustas derivadas de las restricciones de estudio y uso de las obras e innovaciones. Pero en este contexto hay que explorar al máximo las posibilidades para que en una situación así prevalezca el sentido común y que la propiedad intelectual no impida el acceso al conocimiento ni restrinja el uso de las tecnologías, medicamentos e innovaciones que pueden curar y salvar vidas.
Foto d’Alissa Eckert i Dan Higgins / Public domain