Huelga por el clima, un procomún amenazado

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Como cooperativa que quiere ser una herramienta social estratégica para la viabilidad de los procomunes nos sumamos a la huelga por el clima de hoy 27 de septiembre de 2019, suscribimos el manifiesto y nos unimos a la convocatoria de manifestación a las 18h en Barcelona. Sin embargo ponemos de relieve que un manifiesto y una manifestación no son suficientes si no se acompañan de cambios reales y radicales para transformar el modelo de producción, consumo, movilidad y el afán de lucro que los guía por encima de cualquier consideración de sostenibiliat ambiental , económica y social.
 

El agua, el sol, la diversidad ecológica, son procomunes que nos damos cuenta que existen cuando están amenazados de privatización, agotamiento o destrucción. Ahora nos damos cuenta de que también lo es el clima y que la actividad humana, guiada por la explotación y la maximización del lucro, nos está llevando a una situación de emergencia que habrá que gestionar colectivamente sobre otras bases sociales, políticas y económicas. La vida en la Tierra es muy anterior a la humanidad, pero cuando ésta lo habita adquiere una responsabilidad, la de gestionar bien, de forma sosenible y equitativa, lo que es común. Cuando el procomún es amenazado nos debemos articular como comunidad de afectados para movilizarnos.

 

Queremos compartir un texto de Antonio Lafuente que nos hace reflexionar en esta línea:

 

Al hablar de la polinización de las plantas como un bien común, se plantea el interrogante de si podría ser de otra manera. (…) Si nos creemos que la polinización es un fenómeno natural comparable, por ejemplo, a las leyes de la gravitación universal o que los principios electrobioquímicos que regulan la miriada de interacciones neuronales son autónomas y no reprogramables, entonces podemos estar muy equivocados.  Las nuevas tecnologías pueden alterar, directa o indirectamente, el sistema de orientación de las abejas o el funcionamiento del cerebro humano, al extremo de que lleguemos a considerar que está en peligro un bien que creíamos inagotable o inapropiable, como está pasando con el aire, las matemáticas, las calles o el folclore. Hay, en efecto, una profunda relación entre nuevas tecnologías y nuevos patrimonios, pues todos los días aparecen nuevas posibilidades de cercar o de abusar de un bien que sólo comenzamos a valorar cuando empieza a estar amenazado.Si una empresa puede usar los mares o la atmósfera para echar la basura que produce y ahorrase los costes de una producción no contaminante o alguien descubre la manera de modificar los genes de alguna especie y patentar nuevas formas de vida, la humanidad en su conjunto tiene el derecho a sentirse amenazada y a reclamar la condición de procomún para el aire que respiramos y el genoma que la bioquímica, el tiempo y el azar nos han legado. Las comunidades que crean y son creadas por los nuevos procomunes son entonces comunidades de afectados que se movilizan para no renunciar a las capacidades que permitían a sus integrantes el pleno ejercicio de su condición de ciudadanos o, incluso, de seres vivos.

Font:http://digital.csic.es/bitstream/10261/2746/1/cuatro_entornos_procomun.pdf

Os compartimos también el Manifesto
Y la página de Emergencia climática: