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El pasado mes de mayo parte del equipo de *femProcomuns visitamos Quebec (Canadá) para dar algunas charlas y talleres sobre el Modelo de Sostenibilidad del procomún, conocer experiencias y proyectos comunitarios y de la economía solidaria y también para participar en el encuentro La Grand Transition. Con esta nueva entrada al blog complementamos un texto anterior sobre esta visita.
La Grande Transition
La sede de la Universidad Concordia, en el barrio del mismo nombre en Montreal, acogió durante tres días y por tercera vez «La Grande transition», organizada por un colectivo de universitarios y activistas que forman parte de la red internacional Historical materialism. El propósito de este encuentro bianual, es pasar de la resistencia a la transformación de la sociedad para salir del capitalismo y quiere aglutinar el conocimiento crítico que se produce, tanto en el ámbito académico como en los movimientos sociales, invitando a personas de diferentes trayectorias y tendencias que comparten estos objetivos.
Con el subtítulo «luchar en tiempo de crisis global», más de 900 participantes y panelistas del Quebec y de todo el mundo, se encontraron del 18 al 21 de mayo, trataron sobre las crisis socioecológicas del siglo XXI, si son el resultado directo del crecimiento desenfrenado y la acumulación de capital, y cuáles pueden ser las posibles soluciones, si el movimiento decrecentista es suficiente, y si hacen falta otros cambios estructurales y sistémicos. Se presentaron luchas, iniciativas, acciones, tácticas de resistencia y de transformación, de organización socio-política, de custodia ecológica, de co-creación de espacios (placemaking), de conservación… algunas de las cuales han funcionado mejor que otras. Y sobre todo, se habló de estrategias para fortalecer las luchas existentes, crear vínculos y solidaridad entre ellas, y de cómo construir modelos alternativos de organización de la economía.
Algunos de los temas que destacan del programa son la justicia global, el extractivismo, el decolonialismo, el imperialismo ecológico, el eco-apartheit, la lucha de clases interseccional, el decrecimiento, la revolución ecosocialista, la ruralidad radical, la lucha feminista, los riesgos de la economía de los bolos (gig economy), las luchas emergentes en el sur global, la democracia de base, el post-capitalismo, el eurocentrismo, el anarquismo, el animismo, la autodeterminación de los pueblos, la resistencia digital, … y también el modelo socio-económico procomún.
Cada tarde hubo una plenaria. La primera sobre Post-capitalismo fuera del eurocentrismo, con la activista francoalgeriana Houria Bouteldja y el antropólogo de origen hondureño, Jairo I. Fúnez-Flores, que investiga sobre la descolonización. La segunda fue sobre La reconfiguración de las izquierdas en el mundo, con la lingüista mapuche Elisa Loncón, el sindicalista de Amazon, Chris Smalls, y el físico y activista palestino, Mustafa Barghouti. La tercera Conectar las luchas por la emancipación colectiva con la filosofa y activista Silvia Federici, la investigadora de estudios afroamericants y activista Keeanga-Yamahtta Taylor y Julian Lattimore de Rosa Luxemburgo Stiftung. La plenaria de cierre fue sobre como repolitizar la cuestión del clima con el filósofo Mohamed Amer Meziane, la activista ecosocialista brasileña Sabrina Fernandes y el geógrafo Matthew T. Huber.
Desde femProcomuns participamos interviniendo en la sesión «Transformar la sociedad para los comunes: experiencias internacionales y perspectivas estratégicas». Mònica Garriga explicó la experiencia de la cooperativa y el desarrollo y aplicación del Modelo de sostenibilidad del procomún. Jonathan Durand Folco, quien facilitaba la sesión, explicó cómo el municipalismo puede actuar como trampolín en la experiencia de Valparaíso (Chile), comparándola también con otras ciudades como Barcelona. Marie-Soleil L’Allier explicó su investigación sobre prácticas de comunes en el Quebec; Marc D. Lachapelle habló de las prácticas organizacionales para mediar las tensiones en proyectos de comunes; y Jonathan Veillette de políticas de creación de autonomía social a Puebla (México).
Asistimos en algunas sesiones y conocimos diferentes organizaciones, iniciativas, luchas y proyectos. A continuación explicamos algunas de ellas.
Seize es una empresa sin ánimo de lucro que funciona según los principios del cooperativismo surgida de la misma universidad Concordia, donde se hacía el encuentro, y que actúa sobre tres ejes: organizar, educar e incubar; según explicó Olivia Champagne, portavoz del proyecto. A partir de las oportunidades de hacerse cargo de servicios vinculados a la universidad (como los comedores), incuba proyectos para crear cooperativas.
Giulia Falcone habló de la experiencia del cultivo de la seda a Nova Esperança, en el estado de Paraná, en el Brasil. Explicó que este cultivo da trabajo a 2.500 familias, pero la industria se está derrumbando por varios factores como el cambio climático y, especialmente, por la contaminación causada por los pesticidas que se fumigan desde aviones para monocultivos vecinos, de soja, caña de azúcar, y otros productos. En 2006, la Incubadora Tecnológica de Maringà, desarrolló el proyecto «Artesãos Brasil» que promueve la fabricación de productos artesanales con hilo de seda. En 2010 se constituyó formalmente Copraseda (Cooperativa dos Productoras de Artesanato de Seda) con agricultores locales, productores de capullos de seda, que colaboran con «Artesaos Brasil».
Quebec, como el resto de Canadá y Norteamérica, es el resultado de la colonización europea y de las luchas entre los diferentes imperios. También de políticas prolongadas de opresión y marginación de la población autóctona y su descendencia; de desposesión y de extractivismo. Philippe Blouin moderaba una sesión sobre «Soberanía y territorios autóctonos». Las Kanien’kehá:ka Kahnistensera (madres mohawk) hablaron del litigio con la Universidad MCGill por la presencia de tumbas anónimas de niños, víctimas de experimentos médicos, en el emplazamiento del antiguo Hospital Royal Victoria, en el cerro de Mont Royal. Durante décadas, los niños autóctonos eran separados de sus familias y re-educados en instituciones donde vivían en malas condiciones de salud y donde se hicieron experimentos con ellos.
Waba Moko, anishnaabe del clan del lobo en la cuenca del río Ottawa, habló de las luchas de los anishinaabe para proteger el lobo original en su territorio y para poner en marcha una moratoria de caza. Michaël Paul, protector del agua y de las tierras sagradas no cedidas, es un jefe hereditario innu y nutshimiulnu., Habló de la oposición al Tratado de Petapan, que amenaza de extinguir los derechos ancestrales de los nitassinan. Y Yvan Boivin, activista atikamekw de Mobilisation Matawinie Ekoni Aci, habló del bloqueo contra la tala de árboles en el Nitaskinan y de cómo han pedido una moratoria de 5 años para que la naturaleza pueda volver a nacer y para restablecer la biodiversidad. Mientras tanto, han construido una barricada para impedir la entrada de los forestales y las empresas que llevan a cabo la deforestación.
En una de las mencionadas sesiones plenarias Chris Smalls, presidente del sindicato de trabajadores de Amazon, explicó la campaña para la creación del sindicato de la empresa. Smalls trabajaba allí desde 2013, en 2020 le pidieron que escondieraque trabajadores que habían dado positivos en el test de COVID seguían yendo a trabajar porque no tenían derecho a baja laboral. Así confirmaron que el sindicato tradicional no les servía y empezaron la campaña -con dos años de lucha- para llegar crear un nuevo sindicato. Smalls manifestó que hay que unir todas las luchas frente el capitalismo, y que para parar la explotación de Amazon dijo que hace falta no comprar allí, si se sigue comprando, una persona de cada cuatro acabará trabajando para Amazon.
En la misma sesión Elisa Loncón de la nación mapuche de Chile, alertaba sobre la pérdida de la lengua propia, resultado de la minorización que impulsa la escuela. Considera que tanto la izquierda como la derecha, surgidas del continente europeo, han utilizado el genocidio para implementar la filosofía de la modernidad, defendiendo que para conseguir “el progreso” hay que sacrificar gente. Alertó que para mejorar los derechos humanos hace falta una nueva epistemología que tenga en cuenta las culturas indígenas. La Constitución de 2021 (rechazada en referéndum) marca un horizonte por el cual seguir luchando: derechos individuales y también colectivos, paridad y autonomía de las regiones en un estado plurinacional.
Con otros participantes en la Grande Transition, visitamos el barrio de Milton Parc y el espacio autogestionado Bâtiment 7.
Milton Parc
Milton Parc es uno de los barrios antiguos de Montreal, entre el centro y el cerro de Mont Royal, que da nombre a la ciudad. Es también una comunidad activa con una trayectoria interesante de lucha y construcción de alternativas. Nathan McDonnell, activista del barrio, después de intervenir en la Grande Transition, condujo una visita guiada, donde nos explicó sus luchas, proyectos comunitarios y de economía solidaria. Es un barrio, con las tradicionales casas bajas de dos o tres pisos máximo, que en los años 60 y 70s del siglo XX, se vio afectado por un plan para reurbanizarlo con la construcción de mega-edificios. Los inquilinos del barrio se enfrentaron al proyecto y se organizaron, sin poder evitar que se hiciera la fase 1 y 2 de la urbanización. Poco a poco, fueron comprando las casas que quedaban vacías, y así las fueron cooperativitzando. Hoy es la zona de vivienda cooperativa sin ánimo de lucro más grande de todo Norteamérica, un tipo de fideicomiso de suelo comunitario. que incluye viviendas y locales comerciales, con 1.200 habitantes.
Entorno a Milton Parc han surgido numerosos movimientos ecologistas y comunitarios y también se ha contribuido a la formación del Sindicato Autónomo de Inquilinos de Montréal (SLAM-MATU) que se basa en la acción directa por la defensa de los derechos de las personas inquilinas. Desde la pandemia se han ido creando otras proyectos entorno a Milton Parc, eñ cafe-bistro Bar Milton Park, una cooperativa solidaria con un banco de alimentos y una cocina comunitaria cada viernes (a mediodía y por la tarde), distribución de alimentos para las personas más necesitadas, un centro de co-trabajo y una biblioteca comunitaria, entre otras.
Bâtiment 7
Bâtiment 7 es uno de los proyectos de autogestión de un espacio y de estrategias de lucha más interesantes que hemos conocido. Con muchos elementos en común con espacios autogestionados que conocemos en Cataluña, como Can Sanpere en Premià de Mar, Can Fugarolas en Mataró o Can Batlló en el barrio de La Bordeta de Barcelona. Está situado en Point-Saint-Charles, un barrio postindustrial próximo al río Saint-Laurent, con una fuerte trayectoria militante y comunitaria. Su tejido social y organizativo cuenta con varias cooperativas de vivienda, servicios jurídicos comunitarios, un centro de educación popular y la Clínique communautaire de santé. La zona donde está Batiment 7 eran unos terrenos de la compañía ferroviaria Canadian National Railway y la nave, de unos 8.000 metros cuadrados, era un taller de reparación y construcción de trenes. El grupo inmobiliario del especulador Vincent Chiara compró todos los terrenos por 1 dólar canadiense (puesto que el suelo estaba contaminado) en una operación especulativa para promover el Casino de Montréal, financiada conjuntamente por Loto Québec y el Cirque du Soleil. Aquí empezó una lucha vecinal que ha durado 20 años. Denunciaron que el barrio necesitaba espacios y que la empresa se estaba quedando un tercio de su superficie. Crearon la asociación “7 à nous“ (juego de palabras con “c’est à nous”, es nuestro, depende de nosotros y esta es nuestra ocasión). Después de una larga lucha con diferentes etapas consiguieron que la empresa les diera esa nave a la asociación y 1 millón de dólares para rehabilitarla, además de que parte de la urbanización de la zona fuera para vivienda social, otra para vivienda cooperativa y una parte de parque (el resto, es vivienda a precio de mercado).
Hace 5 años que abrieron el espacio. han rehabilitado menos de la mitad pero hay: un bar-restaurante (cooperativa de trabajo les sans taverne) con producción propia de cerveza (¡12 tipos distintos!), acoge conciertos y actividades culturales, una tienda de víveres (le détour, hay pocas en el barrio, un problema de muchos barrios de Montreal convertidos en «desiertos alimentarios», que no tienen donde comprar y tienen que depender del coche), un taller de bicicletas además de talleres de carpintería, de hierro forjado, de cerámica y de cortado por láser, una escuela de arte, una biblioteca y archivo revolucionario de luchas, una cooperativa de jóvenes/adolescentes con sala de juegos y videojuegos, cocina, taller de costura y varios espacios multiuso. En la parte exterior hay huertos, un gallinero y una estructura hecha con contenedores que contiene una cocina homologada donde se produce comida. En total hay 16 proyectos, algunos autónomos en forma de cooperativa o entidad sin afán de lucro y otros gestionados directamente por la asociación. Una característica del proyecto es su diversidad. En el libro «Bâtiment 7. Victorie populaire a Pointe-Saint-Charles» escrito por La Pointe libertaire, uno de los colectivos que participan al proyecto, señala que un factor del éxito de la lucha vino dado por la capacidad de aglutinar la diversidad ideológica, estratégica y táctica de los diferentes colectivos y organizaciones implicadas, a la vez que la diversidad de situaciones, orígenes y horizontes de las personas participantes. Este parece seguir siendo un factor clave del proyecto actual.
Agradecimientos
Queremos agradecer a Projet Collectif, y muy especialmente a Marie-Soleil L’Allier y a Jonathan Durand-Folco, el habernos invitado, el haber facilitado la realización de charlas y talleres, así como las visitas a proyectos y organizaciones. También queremos agradecer a Samuel Raymond y Viviane Caron (y Spiky) habernos acogido en su casa en Montreal. Y agradecemos mucho a todas las personas que nos han explicado sus proyectos, nos han dedicado su tiempo y han atendido nuestras preguntas y curiosidad para entender las diferentes dimensiones de la sostenibilidad de lo que están haciendo.
Para saber más
- Podéis leer la primera entrada que escribimos sobre la visita en Quebec, para qué fuimos y otros proyectos que conocimos: Visita en el Quebec, la economía solidaria y los proyectos comunitarios (Y)
- Grand Transition (podéis ver el programa)
- Comité des Citoyen(ne)s Milton Parc.
- «Bâtiment 7. Victorie populaire a Pointe-Saint-Charles» (2013) La Pointe libertaire. Les Éditions Écosociété