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Esta semana hemos estado en la Escuela de los Comunes (l’École des Communs) del barrio de La Chapelle, en el 18e arrondissement de París. Era el segundo “campo de trabajo” de la escuela, y se dedicaba “al dinero, gestionar en común”.
École des Communs es una experiencia de autoaprendizaje sobre las formas de gobernanza del procomún con la gente que vive en el barrio y con sus colectivos y organizaciones. Con el fin de acoger y hacer que diversas actividades coexistan en el barrio, l’École propone producir y experimentar diversas herramientas para una gobernanza viva de los espacios y proyectos. Esta iniciativa en París, es impulsada por Remix the Commons (el grupo francófono para promover el procomún con quien hace tiempo que trabajamos y con quien ahora también participamos en el Grupo de Trabajo por los ecosistemas procomunes) y por Radio RapTZ.
En La Chapelle, hemos conocido a personas que impulsan o participan en proyectos como la radio-web asociativa y participativa Radio RapTZ, la asociación Vergers urbains para desarrollar ecosistemas comestibles integrados y participativos, o la iniciativa de arte contemporáneo parisino Shakirail, que se definen como un espacio cultural solidario.
Shakirail es un espacio enorme (con dos edificios de 800 y 600m² y 2000 m² de espacios verdes), propiedad de la compañía ferroviaria francesa SNCF. Desde 2011 está siendo utilizado por un colectivo pluridisciplinar de artistas, y gracias a un acuerdo de urbanismo transitorio en el espacio se hace teatro, carpintería, títeres, escultura… Pero una posible reurbanización de la parcela pone en peligro el futuro del espacio.
Con estas personas y acompañadas de Remix the Commons hemos jugado al Juego de la Economía del Procomún, imaginando cómo hacer sostenibles proyectos que dan respuesta a las necesidades de la comunidad. Por ejemplo, hemos experimentado cómo sostener un jardín urbano a través de donaciones, documentando los procesos para poder compartirlos posteriormente, repartiendo las tareas entre las personas trabajadoras, y tomando las decisiones en consejo abierto.
También hemos utilizado el Modelo de Sostenibilidad del Procomún para analizar la iniciativa del Carnaval de los barrios del noreste parisino, cuya primera edición se celebró el pasado mes de mayo. Los principales retos que han salido, han sido superar las fronteras administrativas y preservar los servicios públicos, además de trabajar las relaciones vecinales, compartir diferentes maneras de vivir, promover la justicia social y superar las situaciones de aislamiento que ha provocado la pandemia.
Hemos realizado una evaluación de las diversas comunidades que están implicadas o pueden llegar a implicarse en el proyecto. Hemos descubierto que aunque la sesión iba del dinero, el carnaval ha utilizado muy pocos y, en cambio, ha movilizado los recursos que necesitaba por muchos otros canales. Al estudiar los procesos de coproducción, sobre todo hemos encontrado tareas que hasta ahora habían sido invisibilizadas, aunque eran tareas clave. Hemos visto que el proyecto está gestionado por un colectivo informal, que las decisiones en general se toman por consenso y muchas veces se toman a través de la acción. Y también nos hemos fijado en cómo compartimos los contenidos. Algunos los compartimos con licencias CreativeCommons abiertas, como la imagen que capturó Stephane Pivron, y que gracias a la licencia BY-SA que puso, la hemos podido publicar aquí.
Foto de Stephane Pivron– Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0-CC BY-SA 4.0
El resto de fotos: Monica Garriga